lunes, 10 de febrero de 2014

LA DAMA BRAVA: MENCIA DE CALDERON

Habitualmente llego a la pequeña pantalla de la mano de un libro así que ha pasado con gran cantidad de series e incluso películas que han pasado por mi vida, recuerdo la alegría con que escuché que habían elegido "El Tiempo entre Costuras" (Maria Dueñas) para hacer una serie ó la que se produjo sobre la vida de Ángel Sanz Brinz (el Ángel de Budapest), a veces si el libro me ha gustado mucho opto por no ver su adaptación para no desilusionarme, pero esta vez el camino ha sido a la inversa, a través de una serie de Antena 2 "El Corazón del Océano" (Elvira Menendez), no demasiado buena por cierto, dados los personajes, el dialogo y las tramas, sabemos que es de época, por los trajes, pero no es por la serie que me asomo a esta ventana, sino por la historia de su protagonista que merece un capítulo relevante.
Confieso mi ignorancia sobre las andanzas de tan digna dama y aplaudo a la autora que la ha sacado de las brumas del olvido, para hacerme perdonar tan gran error, quiero dejar mención sobre su figura.
Si bien es cierto que la historia de la conquista de las Americas esta plagada de varones, no menos cierto es, que también las féminas ayudaron pero su nombre es injustamente condenado al olvido, así tenemos a Inés Suarez que acompañó a Valdivia en la conquista de Chile, Isabel Barrero primera y única Almirante de la Armada, María de Barreiro virreina de las Indias Occidentales, Catalina de Aruso "la monja alférez" Beatriz de la Cueva, gobernadora de Guatemala y así unas 10,118 mujeres según los datos del registro de la Armada, como bien glosa la exposición que realizó el Museo Naval de Madrid (visita obligada para quien no lo conozca) "No fueron solos".

Pues bien entre estas heroínas aquí tenemos a Doña Mencia , como comenzó su periplo por allende el mar: Tras el apresamiento  y su repatriación a España del segundo adelantado Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, el consejo de Indias en 1549 resuelve nombrar a un tercer adelantado del Río de la Plata en la persona del rico hacendado de Medellín Juan de Sanabria quien asumía el compromiso de llevar a cien parejas con hijos y doscientos cincuenta solteros para establecer asentamientos en las costas de la isla de Santa Catalina y del Río de la Plata, poco antes de partir el caballero murió y sus obligaciones y derechos recayeron en su hijo Diego de dieciocho años,
Entre las personas a trasladar al nuevo mundo se contaban cincuenta mujeres algunas casadas, las más doncellas, con el fin de "mejorar la sangre" ya que al monarca le preocupaba tanto mestizaje (hombres no se os puede dejar solos y menos con tanta indígena hermosa por civilizar), la hueste femenina estaba liderada por Doña Mencía de Calderón viuda de Juan de Sanabria, que con ella llevaba a sus hijas María, Mencia y Francisca.
El viaje fue de todo menos tranquilo tuvieron que soportar tempestades, ataques de corsarios franceses, y naufragios, despues de muchas penurias llegaron a la isla de Santa Catalina tras once terribles meses de navegación, dado que no estaban en condiciones de establecer ningún asentamiento, continuaron hasta Asunción, cruzando enormes ríos, selvas y cordilleras,  donde por fin arribaron al cabo de ,,,, seis años en noviembre de 1555, cabe suponer la "sorpresa" que recibieron las casadas al encontrarse con sus maridos rodeados de vástagos mestizos, algunos ya mayorcitos.
Pero lo importante del periplo que he resumido a su mínima expresión, porque da, de hecho ha dado, para varios volúmenes, es la importancia de las mujeres en esta expedición, cosían velas, cocinaban, juntaban maderas, curaban y sobre todo lo más importante mantenían alta la moral del grupo tan tantos afanes.
Por cierto si la intención del rey y del Consejo de Indias fue mejorar "la sangre" establecida en la colonia, evitando el mestizaje, sufrieron un gran chasco ya que los oficiales y funcionarios reales que acompañaron a la armada fueron los primeros en escoger entre las mejores flores del plantel, dejando a los colonos plantados y en espera de próximas remesas.
Por cierto ahora que caigo recuerda y mucho a la famosa caravana de mujeres del pequeño pueblo de Plan (Huesca) en 1985, para que luego digan que en el siglo XVI estaban atrasados.