contigo porque me matas
sin ti porque me muero
Como reza la copla, y es que el amor y mejor aún la convivencia puede ser exasperante,
cuando no se realizan las tareas acordadas, cuando no se tienen los mismos planes domingueros, cuando uno es alondra y el otro búho, cuando a una le gusta correr tacón y el otro hacer la seta.
En una ocasión aconsejé, cuando estás dudando en una relación si te conviene o no sopesa en la balanza lo bueno y lo malo de esa persona, sabiendo que tienes que aceptar su noche como aceptas su luz, si el platillo de lo bueno es el que se inclina, es una buena relación, sabiendo que no somos perfectos y que más de una y de dos y hasta de tres te va a exasperar, sacar de quicio, romper los nervios, e incluso perder los papeles y gritar, pero también con el que sabes que vas a terminar tu camino, y sin el que no concibes la realidad.
Hace una década mi compañero me pidió, durante una estancia en Salamanca, que le escribiera una carta, ( si es más de relación epistolar, como buen escritor) para saber mis sentimientos, nunca lo hice, en aquél momento me sentía ágrafa total y sentía pánico ante un papel en blanco.
Bueno nunca es tarde, compañero, como diría la zarzuela ¡Ay Amadeo de mi vida¡