Comienzo esta entrada como homenaje a dos iconos una del baile, la otra de la música, la unión de la historia de la vida de Isadora en la voz desgarradora de la reina de la salsa, no puedo imaginar mejor comienzo.
Cuando bailo me siento viva y a mi pequeña escala puedo sentir lo que vivía esta diosa de la danza.
Isadora Duncan nació en San Francisco en 1877 y murió en Niza en 1927 fue una bailarina y coreógrafa a la que se considera la creadora de la danza moderna.
Los temas de su danza eran clásicos frecuentemente relacionados con la muerte y el dolor, pero la puesta en escena era minimalista revestida con vaporosos y ligeros tejidos de muselina lejos de los tutús convencionales, y los pies descalzos, siempre rechazó las clásicas zapatillas de ballet, instrumentos de tortura de las bailarinas.
Para ella bailar no era una ejecución mecánica de movimientos sino algo tan natural como respirar, su cuerpo expresaba libremente lo que su alma sentía con la música.
En principio su arte chocó con los gustos populares siendo abucheada en sus primeras representaciones pero pronto su genio se impuso y obtuvo un gran éxito en todo el mundo.
Su vida privada se alejó asimismo de las convenciones sociales viviendo libremente relaciones bisexuales, estuvo casada con el poeta ruso Esenin 17 años más joven que ella (inconcebible para la sociedad) y eligiendo ser madre soltera (un horror en su época) de dos hijos Deirdre y Patrick que tuvo la desgracia de perder en una accidente de coche en 1913, al caer al Sena el coche en el que viajaban junto a su nodriza.
Este hecho la trastornó influyendo no sólo en su vida sino en su genio , con problemas financieros y sentimentales, quizás por eso se fue alejando progresivamente de lo que hasta entonces fue su vida.
Su muerte tan trágica y artística como su vida se debía al echarpe de seda roja que solía llevar al cuello, copilo de un Bugatti este chal se enredó en la llanta de la rueda del coche que circulaba a gran velocidad, aunque se ha dicho que sus últimas palabras fueron Adiós amigos me voy a la gloria la realidad según su íntimo amigo Desti fueron "me voy al amor" haciendo referencia al conductor del coche un joven mecánico llamado Benoit Falchetto con quien mantenía una relación sentimental, dese luego esto estaría más cera de su forma de ser y de pensar.
En cualquier caso dejo esta vida para entrar en la historia de la danza,... y en la de los danzantes.
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