Anoche disfruté con la última película de Almodovar "La piel que habito", más bien debería hablar de lo que me atrajo: la historia, la puesta en escena de la misma no mucho, quizás no conecto demasiado con este director manchego, reconozco que no soy muy amiga del cine español del que salvo contados títulos y este no fue la excepción.
Si me subyugó la historia, en este caso el mérito se debe al autor de la misma el escritor Thierry Jonquet sobre cuya novela Tarántula se basó este guión.
Lo que me llamó la atención fue la posibilidad de ser otra persona, si por casualidad un genio os ofreciera cambiar de vida, de identidad ¿la aceptaríais? ¿Cómo sería despertar siendo otro?. Me acuerdo de una película bastante divertida protagonizada por Brendan Fraser y Liz Hurley "Al diablo con el diablo" en el que una bellísima diablesa ofrece la oportunidad a Brendan de ocupar diversas vidas en la conquista de su amor verdadero,
Volviendo al tema que me ocupa las personas que han perdido su rostro por accidente o enfermedad y a las que han trasplantado una cara ¿se sienten distintas? ¿cómo sería ver en el espejo un rostro que no es el tuyo? bueno espero no contestar a esta pregunta, la verdad es que me están dando escalofríos, es un tema un tanto tétrico, así que retomo mi idea original: Si me ofrecieran cambiar mi vida actual por otra ¿cual sería? o la posibilidad de vivir distintas vidas como les sucede a Los Inmortales ("Sólo puede quedar uno") en los hermosos paisajes de las Highlanders.
Creo que soy razonablemente feliz y estoy contenta con mi vida actual, por supuesto que siempre se te ocurren pequeños cambios, pero si estos suponen que cambien los parámetros actuales "Virgencita,Virgencita que me quede como estoy"
Un axioma fundamental que aprendemos todos los apasionados de la Ciencia Ficción es: Los viajeros del tiempo no pueden realizar ningún cambio por pequeño que le parezca porque las consecuencias del mismo son incalculables
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