jueves, 23 de agosto de 2012

EL PEOR CASTIGO

No sé me ocurre peor castigo que perder la cualidad del raciocinio, la características por la que, según el saber antiguo, se distingue al hombre de los animales,y sin embargo miles de  seres humanos se ven abocados a esta condena.
Por supuesto que lo primero que se viene a la memoria son los enfermos de Alzheimer condenados a un progresivo deterioro del intelecto, comienza con pequeñas lagunas de memoria hasta llegar a la demencia avanzada y la destrucción del individuo como ser racional e independiente.
Pero no era la triste figura de estos enfermos en lo que yo pensaba cuando discurría en el peor castigo sino en un libro que desde hace años es uno de mis amigos más admirados, recordaba a "Flores para Algernon" de Daniel Keyes publicado en 1959, recibiendo el Premio Hugo en ese mismo año y el Premio Nebula en 1966, es uno de los mejores relatos de Ciencia Ficción que se hayan escrito jamás, como fiel defensora y consumidora de este 
género, recomiendo encarecidamente este cuento tierno como pocos 
El protagonista Charli Gordon un joven de 32 años con un cociente intelectual de 68, es un joven tierno y sensible con una única aspiración en la vida "ser inteligente", su bondad e inocencia le hacen blanco de las burlas y bromas despiadadas de algunos compañeros de trabajo, pero Charlie jamás se ofende, considerando que son más inteligentes que él.
Es elegido para probar un tratamiento que triplicaría su nivel intelectual mediante una intervención quirúrgica, teniendo como compañero de control un ratón del que se hace amigo Algernon, que es el coprotagonista del relato. Charlie nos informa de sus progresos en primera persona, a través de su diario, que es de una ternura increíble.
La operación resulta un éxito superando las expectativas de los experimentadores llegando Charlie a ser un genio y superando de largo a sus mentores, sin embargo observa en su compañero ratonil Algernon una regresión preocupante, tanto que toma cartas en el asunto y retoma la investigación de este experimento y llega a la conclusión desesperante que se ve abocado a un destino peor que la muerte, el lento deterioro de su inteligencia, una regresión que le llevará de nuevo al punto donde partió, habiendo apenas degustado las mieles de la inteligencia superior volver al mínimo,
Esta conclusión la deja escrita en el cuaderno de bitácora de sus investigaciones donde pide que lleven flores para Algernon su ratón cuando él pierda la memoria y el conocimiento de lo que supone este ratón.
El relato tierno como pocos, está escrito en primera persona, como un diario, en él que vemos al primer Charlie con su escasa ortografía y su pobre capacidad de expresión, como lentamente evoluciona llegando a una capacidad sorprendente y como empeora a medida que se deteriora intelectualmente.
De todas las pruebas a las que nos pueda someter el destino nada peor que conocer el tiempo de capacidad intelectual del que disponemos.
Por cierto que este libro, uno de mis amigos más preciados ya vuela libre, tuve el mal acierto de prestarlo y se cumplió el refrán: "Tal es la suerte de todo libro prestado, que es perdido a veces y siempre estropeado".


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