martes, 5 de febrero de 2013

EL VALOR DE UNA VIDA

Nos podemos preguntar, ¿cual es el valor de una vida?. En muchas ocasiones la respuesta viene determinada por el lugar de nacimiento.
Es de perogrullo que no es igual venir al mundo en el mal llamado "Mundo Civilizado" o en el inframundo de los países "emergentes", así con ironía.
Pero el colmo de la mala suerte o pésimo karma es nacer mujer en la India: Abortos selectivos, matrimonios forzosos en la infancia, es cruel, que a una criatura que debería estar pensando en como vestir a su muñeca, tenga que hacerlo con un hijo recién nacido, casadas a la fuerza, violadas cada noche, por hombres que en el mejor de los casos les doblan la edad.
Es algo que aún siendo conocido, nos deja indiferente dado la gran distancia tanto geográfica como emocional entre nuestra sociedad y la de aquél país.
Hay Fundaciones como la de Vicente Ferrer que luchan para cambiar esta situación desde el pilar fundamental de la educación ya que hay que empezar por convencer a las mujeres que se puede y se debe cambiar esta situación, la tradición hay que abandonarla, cuando supone ir contra la razón.
No es un ataque repentino de feminismo militante, más bien remordimiento de ignorar la situación de hermanas que viven en otro mundo, el libro que me ha abierto los ojos a esta situación llegó, como tantos otros, a mis manos por casualidad, y la intensidad de la historia me ha conmovido, "Agua" de Dita Mehta, quien también adaptó el guión cinematográfico y dirigió la película basada en este relato en 2005, narra la desgarradora situación de las viudas en la India condenadas al ostracismo, recluidas en ashram (institución para viudas) rapadas, vestidas con bastos saris de color blanco y sometidas a una dieta de hambre, para purgar los pecados de una vida anterior que han ocasionado la muerte a su marido, abocadas a la mendacidad,la soledad, la muerte o la locura.
Pero si es desgarrador su situación mayor locura es someter a esta tortura a las niñas, que al casarlas en la infancia con hombres que podrían ser sus abuelos, se veían en esta situación.
Agua transcurre en 19368, cuando la India estaba todavía sometida al Imperio británico, la protagonista Chuyia una niña de tan sólo ocho años, casada a los seis con un hombre de cuarenta y cinco, se queda viuda y es rapada y recluida en un ashram, entre sus muros transcurre la mayor parte del relato en el que vemos la situación de otras viudas mayores y sobre todo a Kalyani una joven viuda de dieciocho años que lleva recluida desde los nueve y a la que la matrona que dirige el asilo prostituye para mantener su adicción y al ashram.
Dada su gran belleza es la única a la que Madhumati la líder o más bien el capo de esta historia permite tener el cabello largo con el fin de agradar a los clientes.
Chuyia sigue con la esperanza de volver con su familia y Kalyani la toma bajo su protección juntas conocerán, en una de sus escasas salidas, a Narayan quien se enamora locamente de Kalyani siendo correspondido por esta, y juntos con la ayuda de la viuda Sakuntala una mujer digna y enérgica se enfrentan al ashram y a la tradición que prohibía a las viudas un nuevo matrimonio y huyen juntos, pero la realidad se impone, el cliente principal de Kalyani es el padre del joven , ella ante la imposibilidad de vivir juntos una vida normal, prefiere entregarse al abrazo del padre Ganges y se suicida, por su parte el joven, seguidor de Gandi  rompe con su familia y decide seguir a su líder en su viajes por toda la India.
Madhumati envía a Chuyia como nueva prostituta para el padre de Narayan, algo que Sakuntala que ama a la niña como propia intenta impedir pero sólo llega a tiempo de ver el regreso de Chuyia herida, con ella pasa la noche a la orilla del río cuando oye que Ganhi está en la estación de tren listo para partir se dirige allí con la niña en brazos y consigue entregarsela a Narayan, el tren parte llevando a Chuyia a una vida más feliz con su nuevo nombre Neha.
Lo triste no es la historia en sí sino que es el resumen de miles de vidas de mujeres en ese país, y como una religión, unas creencias o una tradición pueden amargar la existencia de las que las siguen ciegamente sin ceñir el tamiz de la razón.
Sin ir más lejos que una semana atrás, el 29 de diciembre de 2012 una joven murió tras ser violada y golpeada por una barra de hierro por seis animales (no merecen el honroso nombre de hombre).
La oficina de Registro de Crimenes de la India reveló en 2011 que cada veinte minutos una mujer es violada en la India.
Podremos llamarnos seres humanos cuando estas noticias sean un lejano recorte en una hemeroteca. 

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