miércoles, 23 de julio de 2014

SE TU EL POETA DE MIS DIAS

Como se pierde la poesía y el romanticismo en nuestro tiempo, nos estamos convirtiendo en la generación de la inmediatez, la satisfacción inmediata de nuestros deseos, no está Cyrano de Bergerac dispuesto a pergeñar páginas para conquistar a la esquiva Roxanne.

Por tanto a quien pedir: Se tu el poeta de mis días para ofrecer, seré la Sherezade de tus noches 

Disfraza mis mañanas de ilusión y yo te adormeceré con relatos de mundos fantásticos, atrae para mi los rayos del sol, que yo te regalaré la luna para que ilumine nuestras noches.

El Cantar de los Cantares palidece ante la crudeza de Las Sombras de Grey, quizás como un hombre sabio clamó muchos siglos antes, mi mundo no es de este mundo, y mi ser es extraño a lo que me rodea.
Donde está el Cyrano que me conmueva con sus bellas palabras, el fantasma atormentado que me estremezca con su música.
Sherezade deberá dormir sin haber desgranado ni una de las miles noches de amor y poesía.

Romeo:- ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el Oriente, y Julieta, el sol! ¡Surge, esplendente sol, y mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento porque tú, su doncella, la has aventajado en hermosura! ¡No la sirvas, que es envidiosa! Su tocado de vestal es enfermizo y amarillento, y no son sino bufones los que lo usan, ¡Deséchalo! ¡Es mi vida, es mi amor el que aparece!… Habla… más nada se escucha; pero, ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!…Soy demasiado atrevido. No es a mi a quien habla. Do de las más resplandecientes estrellas de todo el cielo, teniendo algún quehacer ruegan a sus ojos que brillen en sus esferas hasta su retorno. ¿Y si los ojos de ella estuvieran en el firmamento y las estrellas en su rostro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría a esos astros, como la luz del día a la de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celestial unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las aves creyendo llegada la aurora!… ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!.

Está tan devaluado el sentimiento que Romeo clamará sin Julieta que le conteste.
Hace muy poco asistí atónita al cortejo de un homínido primitivo a una hembra de su agrado, lejos de dirigirla la palabra, giraba a su alrededor mientras olfateaba con evidente deleite el perfume de la hembra y al mismo tiempo hacía gestos ostensibles de lo que tenía en mente si la fortuna le sonreía.
Casi parecía un documental del añorado Felix Rodriguez de la Fuente: el averroncho ibericus, cuando olfatea la presencia de una hembra receptiva, gira a su alrededor, demostrando bien a las claras el gusto por la presa.
¡Dios mio¡ prefiero ser vestal
Recordando épocas mejores y soñando con un igual la música nos transporta a un mundo mejor



viene al hilo por los pelos, como dice el refrán pero no puedo resistirme a su hechizo


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