domingo, 22 de julio de 2012

¡OLE LA MANTILLA ESPAÑOLA¡

Siguiendo con mi costumbre de españolear en lo posible, que más prenda más típica que la mantilla española, así con nombre y apellidos, creo que es la prenda que más nos representa en el mundo-
Su origen es incierto probablemente íbero, en estos pueblos ya existía la costumbre de cubrir la cabeza femenina con velos, siguiendo la costumbre en la Edad Media con distintos tocados.
En el siglo XVII era habitual usar mantilla de encaje por las clases pudientes y su uso se generalizó entre la alta burguesía y la nobleza durante el siglo XVIII como dan fe los cuadros de Francisco de Goya.
Tan española es nuestra prenda que fue usada por las féminas madrileñas para reprochar a una reina que no lo fuera, durante el efímero reinado de Amadeo de Saboya elegido democráticamente en un parlamento y que llegó en enero de 1871 a España de donde saldría amargamente desencantado tras abdicar en febrero de 1873, tan solo dos años donde la población española dejó patente que aunque los políticos lo quisieran, el pueblo, tan visceral él, no lo amó nunca.
La esposa de Amadeo María Victoria dal Pozzo que intentó hacerse querer por las damas españolas que deberían desear entrar en su corte nunca lo consiguió, sabiendo que solían pasear en carruaje por el Paseo del Prado decidió imitar su costumbre, pero las damas le mostraron su rechazo acudiendo al famoso paseo tocadas por españolísimas mantillas, dando a entender a la reina que no siendo este su origen poco podían amarla, claro que las patrióticas damas no habían caído que desde que se extinguieran los Trastámara siempre  hemos sido gobernados por dinastías extranjeras primeros Austriacos (Habsburgos ) y después franceses (Borbones).
Hoy en día el uso de esta famosa prenda queda reducida al ámbito de lo religioso en procesiones y actos de Semana Santa (de color negro por supuesto ) y en las bodas religiosas (admite otros colores aunque el habitual es el blanco o crema)
Colocar una mantilla es una empresa bastante dificil: Primero se recoge el cabello y se coloca el peinetón que debe esta firme y alineado con el cuello y la espalda en postura y erguida, luego se coloca cuidadosamente la mantilla de forma que ambas puntas queden a la misma altura un poco por delante de los hombros y con suficiente vuelo para que cubra laq parte delantera del peinetón por completo anclándola con multitud de horquillas invisibles dejando de caiga de forma natural.
Luego se ajusta la mantilla a la base del peinetón por detrás con pliegues simétricos dibujando un abanico que se ajustan con un broche, a partir del broche la mantilla cae en pliegues por la espalda hasta un poco más abajo de la cadera 




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