miércoles, 25 de enero de 2012

LOS TRES AMIGOS: CUENTO PARA JAVIER

Este pequeño cuento fué el primero que inventé para Javier, mi hijo menor, dada su afición por el mundo del motor en todas sus vertientes, no podía menos que desenvolverse en ese ambiente:

Había una vez tres grandes amigos: una bonita hormigonera rosa llamada Pink, un fuerte camión verde de nombre Oliver y Roger un valiente trailer amarillo.
La hormigonera y el camión no viajaban mucho porque trabajaban en la misma ciudad donde vivian, pero el trailer se recorría el país de un extremo a otro, llevando los productos que se necesitaban, así transportaba naranjas para que los niños tomaran vitaminas, otras veces cargaba leche y cereales para sus desayunos y hasta juguetes cuando los Reyes Magos le solicitaban su ayuda para que la noche más mágica del año fuera perfecta.
Pink, la hormigonera y Oliver, el camión, estaban deseando que regresara Roger de sus expediciones para que les contara sus aventuras, les describía los paisajes que recorría, los niños que conocía y todas las historias y leyendas de los caminos. ¡No se cansaban nunca de escucharle¡.
Pink y Oliver no envidiaban la suerte de su amigo, porque ellos pensaban que tenían el mejor trabajo del mundo, se encargaban de construir los edificios de su ciudad, el camión verde transportaba los materiales y la hormigonera proporcionaba el cemento que los unía y así los albañiles, siguiendo las indicaciones de los arquitectos, construían hospitales, hoteles, bancos, centros comerciales..., pero lo que más les ilusionaba es cuando trabajaban en colegios, porque así estaban cerca de los niños, disfrutaban mucho cuando se acercaban a verlos, pero sobre todo lo que más les gustaba era un niño muy especial que jugaba mucho con coches, y además era aplicado y obediente, este niño se llamaba Javier.
Cuando Javier, en la hora del recreo, se acercaba a ver a sus amigos, Pink y Oliver se llenaban de alegría y trabajaban mejor que nunca, le animaban siempre a estudiar mucho, a obedecer a sus padres, a jugar para ser alegre, a dormir para mejor crecer, en definitiva a ser un niño cada vez mejor.
Y así fué transcurriendo el tiempo, Pink, Oliver y Roger fueron haciendose mayores y ya no podían trabajar como antes y cuando les faltaron las fuerzas les llevaron a una escuela, donde podían enseñar a vehículos más jóvenes todo lo que habían aprendido, a lo largo de su vida pero lo que más les ilusionaba era la visita de un joven ingeniero que se dedicaba a diseñar mejores motores para camiones, eficientes mezcladoras para hormigoneras y neumáticos más eficaces para trailers, todo lo hacía con gran cariño porque ese joven era su amigo de siempre, Javier, que tambien se había hecho mayor y visitaba con frecuencia a los viejos vehículos. Había cumplido la promesa que les hizo y aquél niño estudioso, era el joven fuerte y capaz de ahora.

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