sábado, 28 de abril de 2012

PURETAS EN DISCOTECA

Pureta es la palabra en argot para llamar viejo, pero con connotaciones, es decir no sólo gente mayor en edad, sino desfasado, fuera de ambiente, y en este caso los que me producen una gran ternura son los puretas de discoteca.
¿Cómo definirlo? Es una subespecie fascinante hablaré en términos masculinos porque aunque haya alguna hembra despistada, es cierto que la mayor parte de los ejemplares que he tenido el gusto de contemplar pertenecían al género masculino.
Se trata de señores que vestidos de modo formal, normalmente traje y corbata de aspecto sesentero, con respetable barriga y a veces mostrando mostacho cano se contonean en la discoteca con los ritmos más modernos, exhibiendo unos pasos de baile que harían palidecer de envidia a Tavolta en su época pero que hoy en día podemos considerar fuera de lugar.
Cuando el ejemplar es de género hembra suele moverse de forma inversamente proporcional al volumen que ocupa en el espacio, es decir si su figura nos recuerda a Rubens se contonea a mayor velocidad de lo que su figura le permitiría.
Pero dicho con el mayor de los respetos me gusta verlos, es admirable que las ganas de divertirse y bailar no desaparezcan con la edad, y aunque es cierto que el baile parece que pide figuras armónicas, por lo menos de movimiento, no es menos verdad que tienen todo el derecho del mundo a practicar el noble arte de la danza, ya he dicho que cuentan con todas mis simpatías y espero que me acojan con gusto el día que alguno de los jóvenes que pueblan los locales de diversión me aplique a mi el mismo apelativo
-Oye- dirigiéndose a un colega- mira a esa pureta que bien se mueve.


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