domingo, 29 de abril de 2012

LA PAPISA JUANA

Desde la fundación de la Iglesia Cristiana, en el puntal de un varón Pedro, hasta nuestros días, el papel de la mujer en la jerarquía eclesiástico nunca ha sido planteado.
La mujer solo tenía cabida como servidora, las esposas de Cristo, las monjas, viven en comunidad de clausura o abiertas al mundo pero sometidas siempre a la autoridad de un varón, aún en el caso de que lleguen a la más alta autoridad permitida, abadesa o priora, siempre están bajo el dominio masculino, la autoridad del obispo de la diócesis.
No pueden ser ordenadas sacerdotes por lo que no pueden ascender en la curia. No es de extrañar, por tanto, que la mera idea de pensar en una mujer como cabeza de la Iglesia, Papa o mejor Papisa, levante ampollas es un hecho impensable,
Sin embargo, cuenta la leyenda que una mujer lo consiguió y se sentó en la silla del Pescador,
Por el año 822 Juana nacida cerca de Maguncia de un predicador anglo, llegado para convertir a los sajones, tenía tal pasión por el estudio, terreno vedado a las féminas, que entró en un Monasterio, el único lugar donde estaba el saber, bajo el nombre masculino de Johannes, tras destacar en sus estudios y en su labor como copista, muy apreciada en la época anterior a la aparición de la imprenta, Juana fue de monasterio en monasterio hasta arribar a Roma en 848 ocupando un puesto docente, a causa de su reputación de erudita fue presentada al Papa Leon Iv, quien admirado por sus conocimientos le toma como secretario. En 885 tras la muerte de Leon Juana es proclama Papa con el nombre de Juan VIII. Dos años después la papisa que disimulaba un embarazo fruto de su relación con el embajador Lamberto de Sajonia, sufre un parto prematuro durante una procesión y la multitud escandalizada al comprobar la verdad de su sexo la lapida y muere.
La Iglesia siempre ha negado su existencia, pero hay un hecho curioso se ha dicho que durante la proclamación de los papas y tras un biombo al nuevo pontífice se le hacía sentar en una silla perforada y un eclesiástico mediante la palpación comprobaba los atributos masculinos exclamando Duos habet et bene pendentes (Tiene dos y cuelgan bien)
Además en la lista de los papas existe una confusión en este período de tiempo en dos pontífices que parecen consecutivos Benedicto II y Juan VIII
A pesar de estas refutaciones la figura de Juana perdura en el imaginario popular y en un carta del Tarot La Papisa 

No hay comentarios:

Publicar un comentario