BACANTES AÑOSAS

Si nos atenemos a los sesudos datos de las enciclopedias, las Bacantes eran mujeres griegas adoradoras del dios Baco.
Tanto las matronas como las doncellas subían en procesión  a un monte solitario y durante un día , sin contacto con hombre alguno, se lanzaban a un desenfreno de alcohol, misticismo y alucinógenos, solo se excluían a las madres de niños pequeños.
Según la leyenda el rito era salvaje y erótico, se pasaban noches enteras bailando desnudas, se suponía que dichas prácticas fomentaban la fertilidad y las sacerdotisas proporcionaban alcohol y alucinógenos a las jóvenes para ayudarlas a entrar en trance.
Se ve que ya desde la antigüedad las mujeres hemos necesitado de pasar "un ratito a solas y dedicado a nuestras cosas, (las romanas siguieron con esta sana costumbre con  la tradición de las bacanales, que el Senado posteriormente prohibió, y con el rito de la Bona Dea prohibido a los varones).
La tradición pictórica y la imaginación popular, nos presenta a las bacantes como jóvenes hermosas en el trance de la danza, pero las bacantes añosas, también existen, porque prohibir a  la mujer en una etapa tan hermosa como la madurez, la dicha del ritmo, la embriaguez de la danza no es justo 
Girar, girar y dar mil vueltas en una danza báquica, puro placer sensual de seguir el ritmo, no importa la edad sino la disposición, la alegría, la belleza no está tanto en las formas como en la armonía del movimiento y la belleza no siempre es privilegio exclusivo de juventud.
Bailar es soñar con los pies.

¡Que las bacantes añosas, celebren por muchos años a Baco en su ritmo sin fin¡