domingo, 27 de mayo de 2012

LOS PECADOS DEL REY PRUDENTE

El rey Felipe II ha pasado a la historia con el sobrenombre del "El Rey Prudente" no lo fue tanto en los asuntos del tálamo ya que en palabras del embajador veneciano en Inglaterra Badoaro habla de Felipe II en los siguientes términos:
"Abusa de ciertos manjares y sobre todo de dulces y pastas. Es incontinente con las mujeres".
Hijos bastardos no reconoció ninguno y amantes las tuvo de paso nacionales como Catalina Laínez con la que hubo un hijo y Eufrasia Guzman con la que tuvo otro, y foráneas como Cataline Leney  y Magdalena Dacre de su época inglesa. Y dos grandes amores: Isabel de Osorio con la que mantuvo una relación estable de quince años desde su juventud (17 años) ya que fue con quien conoció la vida y las bondades del sexo  y durante los matrimonios contraídos por razón de estado con su prima hermana María Manuela de Portugal y con su tia María Tudor. De esta relación adúltera tuvo dos hijos a los que según costumbre no reconoció y no se sabe que fue de ellos. Isabel de Osorio fue una constante en la vida del monarca para ella construyó el Palacio de Saldañuelas en Burgos y aunque no reconocida debidamente su importancia en la vida del monarca si lo es en el arte, ya que Tiziano pintó por orden del monarca una serie de seis cuadros basados en la metamorfosis de Ovidio, en uno de ellos "Dánae recibiendo la lluvia de oro" el rostro de la diosa es el de Isabel de Osorio, este cuadro acompañó a Felipe a Inglaterra en su infausto matrimonio inglés y seguramente le consoló en la distancia el contemplar a su "diosa" y le curaban del espanto de compartir el lecho con su esposa por la que no sentía más que repulsión.
La segunda entrega de Tiziano Venus y Adonis también  otorga Isabel su rostro a la diosa del amor siendo el de Adonis el de Felipe.
Sin embargo está larga relación se acaba cuando Felipe contrae un tercer matrimonio esta vez con una princesa francesa Isabel de Valois.
La dama de Saldañuela no contrajo matrimonio pasó treinta años de su vida en un encierro voluntario sin sus hijos a los que se llevó el monarca para que fueran criados en la corte, de hecho el primogénito Pedro, pasaba por sobrino del rey. Construyó un convento enfrente del palacio para ser enterrada en él y lo entregó a la orden de las Trinitarias. 
El pecado del Rey Prudente en este caso no fue la lujuria puesto que los unía un amor fuerte y sincero sino el abandono y la soledad a la que condenó a Isabel sin compañero y sin hijos murió sola a los 67 años.
Aún tuvo tiempo en su cuarto matrimonio con su sobrina Ana de Austria de volver a pecar el monarca y fue con Elena Zapata hija de un montero, según la leyenda esta relación se desarrolla en "La Casa de las Siete Chimeneas", cada una de las cuales simboliza un pecado capital, y hoy sede del Ministerio de Educación y Cultura.
Y la última que no por ello menos importante amante o amada del rey es la mismísima Princesa de Éboli dona Ana de Mendoza y el motivo de dejarla aparte es que realmente no parece que descansara en el tálamo de Felipe sino en el de su secretario Antonio Perez.
Por tanto si bien Felipe II fue un "Rey Oficinista" adicto al trabajo no es menos veraz que también era adictos a otros "trabajos" más placenteros



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