sábado, 15 de septiembre de 2012

CONGELADOS EN EL TIEMPO

Hace poco disfrutaba en televisión de un cuento de hadas. Los personajes de los cuentos por acción de una malvada bruja se quedaban congelados en este tiempo nuestro que de fantástico no tiene nada, olvidando quieres eran.
Algo similar ocurre hoy en día con las pocas monarquías que perduran, son seres fuera del tiempo que les toca vivir, están en una burbuja que les protege y les aísla, no viven la angustia del día a día, los agobios de llegar a final de mes, la espada de Damocles de un desahucio, viven por el pueblo que es quien los mantiene, pero no para el pueblo, porque desde luego no comparten sus privilegios.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, las monarquías están fuera de contexto, están obsoletas, no es de justicia que mientras el pueblo tiene una Carta Magna que los regula e iguala, como es nuestra Constitución, esta familia irreal (porque vive fuera de la realidad) está por encima del Bien y del Mal, dándose tristes casos de corrupción, abusos de poder y demás.
Quizás hubo un tiempo que necesitábamos cuentos para soñar, y vivir felices, pero hoy en día los ciudadanos somos lo bastante responsables para poder decidir nuestros gobernantes cada ciclo de gobierno.
Es tan absurdo que una persona sea automáticamente Jefe de Estado por nacer dentro de unos padres determinados, como el hecho de que las profesiones se pudieran heredar, por ser hijo de un juez directo al Tribunal Supremo, por ser hijo de un médico a cualquier hospital a curar enfermos.además por desgracia, la inteligencia y el saber gobernar no siempre se hereda.
 Por tanto mi día más feliz será el que los ciudadanos podamos elegir democráticamente la forma de nuestro Estado y Reyes que queden los de la baraja y Príncipes los de los cuentos de hadas (claro un cuento de hadas no queda igual si es un presidente elegido democráticamente por el pueblo, quien a lomos de su bravo caballo, rescata a la doncella en apuro).


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