sábado, 8 de septiembre de 2012

LA PUBLICIDAD DE LA PRIVACIDAD

Cuando una persona es personaje público es muy difícil separar la esfera de lo privado del ámbito de lo público y esto bien lo ha sufrido en sus propias carnes, perdón por el chiste fácil, una concejala que en un momento de debilidad privada se vio sorprendida porque se hizo pública.
Por supuesto que esta señora no ha cometido ningún delito, en el ámbito estricto de su intimidad cada uno es libre de actuar como bien le parezca, la falta es de la persona sin escrúpulos que ha difundido las imágenes por la red, el problema es el sentido común de no dejar imagen grabada o escrita que no queramos que se difunda, no hay secreto mejor guardado que el que no se cuenta, en este caso el que no se graba y sobre todo secreto de dos no es secreto.
Esta era de las comunicaciones que tanto beneficio ha dado a la Humanidad en cuanto a compartir conocimientos y vivencias de forma inmediata también tiene su lado oscuro y es que muchas veces se comparte lo que no queremos que se conozca.
Se ha repetido en los medios hasta la saciedad el peligro de colgar imágenes en la red, sobre todo adolescentes o información privada, porque la verdad es que nunca sabes quien está detrás de cada pantalla, lo mejor es aplicar nuestra propia censura y evitar grabar, escribir o difundir nada de lo que nos tengamos que arrepentir.
Bien cierto es que este político ha pagado con creces el hecho de ser mujer, porque no creo que se hubiera montado un revuelo semejante si el protagonista de los hechos fuera un varón quizás por esa imagen carpetovetónica de macho ibérico del hombre hispano.
La sexualidad siempre ha sido un asunto que moviliza enseguida la opinión pública, a pesar de estar en el siglo XXI los pecados de la carne son los más difíciles de perdonar, parece que preferimos a un político corrupto que a uno considerado amoral, y no es algo propio de nuestro país, en Estados Unidos sin ir más lejos se recordará mejor a Clinton por su affaire con la becaria que por el éxito de su política exterior, aunque aquí dejo dejar mi opinión que gran parte de sus aciertos se debían a su Hillary.
Esta pobre concejala pasará a la historia no por el acierto de sus comentarios y opiniones en el pleno del ayuntamiento sino por unas imágenes que jamás pensó que verían la luz en la res pública.
Perdonamos mejor los pecados de la bolsa que de la carne y es absurdo porque en tanto que instinto el sexo comparte la misma necesidad y justificación que el alimento o el sueño.
En fin que demos gusto al cuerpo siempre que podamos pero mejor que sea en privado que no en público sino queremos estar en la picota de la maledicencia.



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